Los elementos que no pueden faltar en mi enseñanza

  1. Método y estilo

Practico Hatha-Vinyasa Yoga desde 2007 y enseño desde 2016. También me he formado y trabajo con yoga prenatal, yoga restaurativo y Yoga Nidra.

Ha practicado durante 2 años en Asia y he asistido a clases y retiros de yoga y meditación en Tailandia, India, Bali e Irlanda. Me he formado en una de las mejores escuelas de Barcelona, con mi maestra, Amelie Strecker, que tiene amplia experiencia y profundos conocimientos de todos los aspectos de la tradición del Hatha Yoga, y con la que sigo estudiando en la actualidad.

Mis clases pueden ser dinámicas, fluidas e intensas, o más suaves, relajadas, estáticas. Por lo general, en cada sesión se combinan todas estas cualidades. Comenzando con una meditación inicial, un calentamiento paulatino de todo el cuerpo, hasta llegar a karanas más dinámicos y vinyasas, para volver a bajar luego el ritmo, integrar la práctica y prepararse para la relajación final.

El grado de intensidad varía en función de los alumnos, la época del año, el momento del día, la Luna, mis propios ciclos y preferencias o las de los alumnos, mi práctica personal, la meteorología, etc. Las secuencias y variaciones cambian en función del grupo de alumnos o, de forma más personalizada en las clases particulares.

Durante estos años he creado cientos de secuencias y ciclos de secuencias y varias líneas pedagógicas. Trato de que la línea de contenido pedagógico sea progresiva, partiendo de asanas y acciones más básicas, que van incorporando paulatinamente elementos y variaciones más avanzadas y sutiles.

Con la práctica buscamos:

  • a nivel físico, conocer nuestro cuerpo y cuidarlo, trabajando flexibilidad, coordinación, fuerza, equilibrio y conciencia corporal;
  • a nivel mental, aprender a observar y controlar la mente y los pensamientos;
  • a nivel emocional, observar y regular las emociones con distancia y aceptación para una mayor ecuanimidad y estabilidad anímica;
  • a nivel energético, movilizar y regular nuestra propia energía e iniciar un proceso de autoconocimiento y autocuidado.

Todo ello contribuirá a lograr una mayor concentración, claridad mental, calma y bienestar general.

2. Personalidad y valores

Soy disciplinada y me gusta enseñar el valor de la disciplina y el compromiso con la práctica.

Cultivo y transmito con valentía un profundo respeto hacia las enseñanzas porque confío plenamente en el proceso del yoga como ciencia, arte y método de transformación del ser humano.

Enseño de forma sencilla y cercana, desde la calidez de un trato amigable, atento, cuidadoso y amable, con humildad y absoluta entrega.

Creo en la bondad de las personas y en que todos podemos alcanzar la paz. La paz en cada uno de nosotros es el camino más directo (y probablemente, el único) para lograr la paz en el mundo. Una mente en calma es un requisito imprescindible para estar en paz. Para calmar la mente y los pensamientos es necesario cultivar la gratitud, la alegría, la compasión, la paciencia. La maternidad me está enseñando muchas cosas. Entre ellas, la importancia de la paciencia, un valor muy necesario, extrapolable a cualquier ámbito.

Mi enseñanza y mi personalidad rebosan profesionalidad, calidad y precisión. Al mismo tiempo, son adaptativas, divertidas y creativas.

Me considero una persona natural y familiar, serena y amigable, a quien el yoga ha inspirado y apasionado profundamente. Mi naturaleza introvertida y consciente me convierte en una mujer empática y comprensiva que conecta con los alumnos y sus necesidades en cada momento.3. Misión y resultados

Los beneficios que experimentan los alumnos son, sobre todo, medibles a nivel global: mayor fortaleza, mejora de la flexibilidad y el equilibrio, paz interior, calma mental, capacidad de resiliencia, conexión con su interior, etc. Muchos perciben una clara sensación de bienestar después de las clases que repercute en una mejora de la calidad de vida, de la calidad del sueño y de la manera en la que respiran. Han aprendido a escuchar y respetar su cuerpo, aumentando su propiocepción y conciencia corporal, adaptando además la práctica a sus posibles lesiones y necesidades de cada momento. A nivel postural y físico, también van logrando realizar y dominar asanas (posturas) que en un principio parecían inabarcables.

Mis alumnos dicen que transmito con cercanía y calidez y al mismo tiempo con gran profesionalidad y calidad. Valoran especialmente la atención y el cuidado personalizado que ofrezco a cada persona, a la hora de corregir y adaptar la práctica. Dicen también que las instrucciones son muy precisas y que les gusta mi voz.

Mi misión es aportar herramientas y ayudar a las personas a conocer e introducir el yoga en sus vidas y a establecer, integrar o consolidar una práctica que les sirva para cuidarse, mejorar y desarrollarse a todos los niveles. Algunas de estas herramientas son:

  • Movimiento nutritivo para un cuerpo fuerte y sano.
  • Prácticas dinámicas combinadas con espacios de quietud para calmar la mente y lograr mayor claridad mental.
  • Trabajo respiratorio para regular y equilibrar cuerpo, mente, emociones y energía.

Aspiro a ayudar a los estudiantes que se acerquen a mí a crear un espacio de conexión interna, autoescucha e introspección al que puedan acceder siempre que lo deseen y que les aporte fortaleza, resiliencia, integridad, calma y seguridad para vivir con libertad y tranquilidad en un mundo cada vez rápido, frenético y demandante.

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